sábado, 17 de enero de 2015

Perdón

Iris es todas ella. Es la que incondiscionalmente ama a Geremías, y se deja ser amada por primera (luego de tantas) y única vez (después de muchas) por él. Iris es ella cuando no puede amarse a sí misma, y ve su veneno en dirección a Pamela, cuando la razón está en lo más recóndito de su corazón. Es quien pese a los abusos a su alma y cuerpo, decide seguir mirando al frente, y toma con seguridad las manos de sus compañeros de aventuras, de su hermano; y decide enamorarse no una, sino mil veces, de gente y cuerpos, sin miedo a caer en el pozo negro de los recuerdos. Iris es la parte de ella que se pierde en laberintos y no puede separarse de la cama, fundiéndose en una danza de sueños y lamentos. Iris es ella cuando es poeta, es ella cuando llora. Iris es ella cuando deja su forma humana, para ser todo el canino animal que le corresponde.

Es ella cuando sin piedad devoró corazones para alcanzar objetivos que nunca la harían feliz; y también es ella que llora por tener que lastimar a otros mientras su vida pinta rosa. Es ella cuando se emociona como romántica empedernida ante situaciones nimias; es ella cuando grita y asusta a quienes se abren; es ella que no le tiembla la voz al dar el veredicto de ejecución. Es ella, Iris es ella. Y ella le agradecerá eternamente poder ocultarse bajo su abrigo, y tomar de sus pechos cuando la valentía le falte.

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